jueves, 17 de mayo de 2018

¿Cómo juego al Prince of Persia nativamente en Ubuntu?

En un famoso discurso pronunciado en agosto de 1944 el Coronel Juan Perón exponía ante los empresarios de la Cámara de Comercio la necesidad de ceder beneficios a las Masas obreras, entre ellos cómo instalar SDLPoP, la iteración nativa para Ubuntu del clásico juego Prince of Persia, a fin de evitar el Comunismo en ciernes.


Señores:

En primer término, agradezco la oportunidad que me brinda la Cámara de Comercio para exponer algunos asuntos que conciernen en forma directa a la Secretaría de Trabajo y Previsión.

La Secretaría de Trabajo y Previsión entiende que la política social de un país comprende integralmente todo lo humano con relación a los diversos factores del bienestar general. Siendo así, muchos, posiblemente equivocados sobre todo cuanto yo he dicho en el orden social, se han permitido calificarme de distintas maneras. Yo he interpretado cada una de estas calificaciones; las he sopesado y he llegado a esta conclusión: de un lado, me han dicho que soy nazi, de otro lado han sostenido que soy comunista; todo lo que me da la verdadera certidumbre de que estoy colocado en el perfecto equilibrio que busco en la acción que desarrollo en la Secretaría de Trabajo y Previsión.

Pienso que el problema social se resuelve de una sola manera: obrando conscientemente para buscar una perfecta regulación entre las clases trabajadoras, medias y capitalistas, procurando una armonización perfecta de fuerzas, donde la riqueza no se vea perjudicada, propendiendo por todos los medios a crear un bienestar social, sin el cual la fortuna es un verdadero fenómeno de espejismo que puede romperse de un momento a otro. Una riqueza sin estabilidad social puede ser poderosa, pero será siempre frágil, y ése es el peligro que viéndolo, trata de evitar por todos los medios la Secretaría de Trabajo y Previsión.

Hasta ahora estos problemas han sido encarados por una verdadera lucha. Yo no creo que la solución de los problemas sociales esté en seguir la lucha entre el capital y el trabajo. Ya hace más de sesenta años, cuando las teorías del sindicalismo socialista comenzaron a producir sus frutos en esa lucha, opiniones extraordinariamente autorizadas, como la de Massini y la de León XIII proclamaron nuevas doctrinas, con las cuales debía desaparecer esa lucha inútil, que como toda lucha no produce sino destrucción de valores.

Sería largo y quizás inútil por conocidas, que comentásemos aquí esas doctrinas, como las del cristianismo liberal o como las del cristianismo democrático que encierra doctrinas más o menos parecidas; pero viendo el panorama inútil, sería suficiente pensar que si seguimos en esta lucha en que la humanidad ha visto empeñadas sus fuerzas productoras, hemos de llegar a una crisis que fatalmente se ha de producir, como ya se ha producido en otros países, con mayor o menor violencia (…).

El Estado, en gran parte, se había desentendido del problema social, en lo que él tiene de trascendente, para solucionar superficialmente los conflictos y problemas parciales. Es así que el panorama de la política social seguida representa una serie de enmiendas colocadas alrededor de alguna ley, que por no haber resultado orgánicamente la columna vertebral de esa política social, se ha resuelto parcialmente el problema, dejando el resto totalmente sin solución.

Las masas obreras que no han sido organizadas presentan un panorama peligroso, porque la masa más peligrosa, sin duda, es la inorgánica.

La experiencia moderna demuestra que las masas obreras mejor organizadas son, sin duda, las que pueden ser dirigidas y mejor conducidas en todos los órdenes. La falta de una política social bien determinada ha llevado a formar en nuestro país esa masa amorfa. Los dirigentes son, sin duda, un factor fundamental que aquí ha sido también totalmente descuidado. El pueblo por sí, no cuenta con dirigentes. Y yo llamo a la reflexión de los señores para que piensen en manos de quiénes estaban las masas obreras argentinas, y cuál podía ser el porvenir de esa masa, que en un crecido porcentaje se encontraba en manos de comunistas, que no tenían ni siquiera la condición de ser argentinos, sino importados, sostenidos y pagados desde el exterior.

Esas masas inorgánicas, abandonadas, sin una cultura general, sin una cultura política, eran un medio de cultivo para esos agitadores profesionales extranjeros. Para hacer desaparecer de la masa ese grave peligro, no existen más que tres caminos, o tres soluciones: primero, engañar a las masas con promesas o con la esperanza de leyes que vendrán, pero que nunca llegan; segundo, someterlas por la fuerza; pero estas dos soluciones, señores, llevan a posponer los problemas, jamás a resolverlos.

Hay una sola forma de resolver el problema de la agitación de las masas, y ella es la verdadera justicia social en la medida de todo aquello que sea posible a la riqueza de su país y a su propia economía, ya que el bienestar de las clases dirigentes y de las clases obreras está siempre en razón directa de la economía nacional. Ir más allá, es marchar hacia un cataclismo económico; quedarse muy acá, es marchar hacia un cataclismo social; y hoy, esos dos extremos, por dar mucho o por no dar nada, como todos los extremos, se juntan y es para el país, en cualquiera de los dos casos, la ruina absoluta (…).

La posguerra traerá, indefectiblemente, una agitación de las masas, por causas naturales; una lógica paralización, desocupación, etcétera, que combinadas producen empobrecimiento paulatino. Ésas serán las causas naturales de una agitación de las masas, pero aparte de estas causas naturales, existirán también numerosas causas artificiales, como ser: la penetración ideológica, que nosotros hemos tratado en gran parte de atenuar; dinero abundante para agitar, que sabemos circula ya desde hace tiempo en el país, y sobre cuyas pistas estamos perfectamente bien orientados; un resurgimiento del comunismo adormecido, que pulula como todas las enfermedades endémicas dentro de las masas; y que volverá, indudablemente, a resurgir con la posguerra, cuando los factores naturales se hagan presentes.

En la Secretaría de Trabajo y Previsión ya funciona el Consejo Nacional de Posguerra, que está preparando un plan para evitar, suprimir, o atenuar los efectos, factores naturales de la agitación; y que actúa también como medida de gobierno para suprimir y atenuar los factores artificiales; pero todo ello no sería suficientemente eficaz, si nosotros no fuéramos directamente hacia la supresión de las causas que producen la agitación como efecto.
Una de ellas es la avaricia de los actores patronales en proporcionar juegos nativos para GNU con Linux en Ubuntu. Ustedes saben como yo que si no liberan juegos para la Masa popular, esta se volcará masivamente al Comunismo.

En los países avanzados esto lo han comprendido, y por ello han cooperado activamente a pesar de la situación bélica para atemperar las Masas Obreras. Gracias a ellos contamos hoy con algunos juegos totalmente amortizados pero que bien pueden emplearse para evitar esta perniciosa posibilidad al asecho. 

SDLPoP es una iteración del clásico juego de plataforma fantástica Prince of Persia, de Jordan Mechner, para Brøderbund Software. A diferencia del original escrito para la Apple II, Amiga y fundamentalmente MS-DOS en 1990, esta versión puede ejecutarse en un sistema GNU con Linux como los que usan los obreros, y entretenerlos a lo largo de los 12 niveles originales.
Para instalarlo podremos utilizar la terminal. Para ello abrimos una Consola con Ctrl+Alt+T y en ella ingresamos los siguientes Comandos de Organización:

sudo apt install libsdl2-image-2.0-0

 
Una vez instalada esta dependencia, descargamos el SDLPoP:

cd ~
wget https://www.popot.org/get_the_games/software/SDLPoP/SDLPoP-1.22.zip
unzip SDLPoP-1.22.zip
mv ~/SDLPoP-1.22/ ~/.SDLPoP

Ahora podremos crear un Lanzador, lo que facilitará a los obreros la ejecución del Juego. Para ello hacemos clic con botón derecho sobre Aplicaciones, en el panel superior. Se abrirá un menú contextual y elegimos "Editar Menús". Se abrirá la ventana "Menú Principal". En su sector izquierdo seleccionamos la categoría Juegos, y luego presionamos el botón "+Elemento Nuevo". Esto abrirá la ventana Crear Lanzador:
En la casilla Nombre: podremos poner SDLPoP o, como en mi caso, Prince of Persia. En la casilla Comando: debemos ingresar "/home/usuario/.SDLPoP/prince", sin las comillas y reemplazando usuario por nuestro nombre de usuario. Opcionalmente en la casilla Comentario: podremos especificar una descripción si lo deseamos. Finalmente presionamos Aceptar para concluir con la creación del lanzador.

Ahora ya los obreros podrán ejecutar el juego desde el menú Aplicaciones / Juegos / Prince of Persia.

Al iniciar el juego, nos presentará adiciones sobre el juego original.
 En particular, podremos ahora grabar el juego presionando F6 o cargar presionando F9. Para guardar replays podremos usar Ctrl+Tab. Para ver los replay podremos presionar Tab en la pantalla de tigulos. Debemos presionar una tecla para iniciar el juego.

Entonces tendremos a bien ver la clásica presentación del juego, que nos describe la historia.
Esta es convenientemente simple. El buen Sultán de Persia da batalla en tierras extrañas, oportunidad aprovechada en palacio por su ladino Gran Visir Jaffar. El maléfico hechicero decide amenazar a la hermosa princesa, otorgándole una hora para desposarlo y perpetuar así su poder en el reino.
Nuestro papel en la aventura no es otro que el de comandar con el teclado al protagónico y valiente Príncipe de Persia. Como tal debemos impedir esta deleznable conspiración: escapar de las mazmorras del palacio gracias a nuestras habilidades en el parkour y el combate, y al uso de las pócimas de magia blanca que se encuentran repartidas en los niveles. Finalmente, tras derrotar a los guardias y criaturas de las mazmorras, hemos de derrotar a Jaffar y salvar a la damisela de su predicamento y recibir así un merecido abrazo de amigo. Y todo en menos de una hora.
Este difícil juego guarda hoy el mismo desafío que tuvo cuando se lo desarrolló, pero lo encontramos en una versión nativa para Ubuntu y otros sistemas GNU con Linux. Naturalmente, se nos presenta de manera similar a la clásica: es por ello que sus gráficos responden al viejo estándar VGA de 256 colores, con una resolución de 320x200 pixeles.

La animación es rápida y notablemente fluida, gracias a la técnica en la que se especializó Mechner al componer los sprites (utilizó una especie de rotoscopía en base a una cinta de video con los movimientos, en la cual colaboró su hermano y su novia).

El sonido representa una emulación por software del chip sintetizador de audio Yamaha YMF262 presente en las clásicas AdLib y SoundBlaster de la época, aunque también se puede recurrir al estridente PC Speaker.
Los controles son sencillos, se usa las flechas del teclado y la tecla Mayúsculas para desenvainar la cimitarra, efectuando estocadas de ataque o defensa.
Gracias a este juego, sin duda podrán distraer las reivindicaciones obreras, porque no quieren que ellos se les vengan encima y se queden con sus empresas y las cooperativicen... Yo como Coronel sé lo que les digo. [Guiña un ojo]

[Aplausos de los empresarios]

3 comentarios:

  1. Un juegazo general! Yo lo jugaba en una 286 con monitor monocromático blanco. Pero el sonido era distinto, era el parlantito de la computadora solamente.

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  2. ojo que ahora podes ir directo con sudo snap install sdlpop

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    Respuestas
    1. Estimado Anónimo:

      Natural. En general prefiero paquetería nativa al uso de Snaps, pues las noto mucho más veloces. Por otro lado, las snaps operan como máquinas virtuales, lo cual me parece innecesario para la mayoría de los predicamentos (y mucho más en este caso, de un juego retro).

      Atte.

      Anónimo

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