El Software Libre se basa en cuatro libertades interrelacionadas: la de usar el programa, ver su código (y modificarlo), copiarlo, y distribuirlo a la Comunidad. Por contraposición, el mundo capitalista ha entendido que estas libertades deben ser cercenadas por medio de licencia-acuerdo de usuario final (EULA), conformando un software privativo, en el cual sólo propugnan el uso del programa, evitando todo lo demás.
Nadie puede negar que el Capitalismo, que trae consigo la empresa, la maquina, ha modificado extraordinariamente la actividad de las comunidades. Si dice que en los 2 siglos de acción del capitalismo el mundo ha progresado mas que en los 10 siglos precedentes, aunque invariablemente ese progreso ha gravitado sobre las espaldas de los Pueblos que han vivido sacrificados y miserables. Llegamos a este momento en que se ha reproducido una gran Revolución con aspiraciones de ser mundial, la revolución Rusa. Un sinnúmero de revoluciones han explotado en el mundo como reacción a ese sistema capitalista que impone el sacrificio de los pueblos para el avance científico.
Se hace necesario hoy ofrecer a los Pueblos la posibilidad de trabajar felices con un grado suficiente de dignidad para un progreso técnico-cientifico que quizá no sea tan grande como ha venido asegurando el capitalismo, pero que por lo menos que no recaiga sobre el sacrificio de nadie. Pueblos felices trabajando por la grandeza de un mundo futuro, pero sin sacrificio y sin dolor. Que eso es lo humano, es lo natural, y también lo científico. Ha de haber una tercera posición, donde el hombre en una Comunidad que se realiza, pueda también realizarse él como Ente Humano. Esa es la verdadera concepción Justicialista, tan distante de uno como de otro imperialismo dominante.
El Software Libre se presenta a sí mismo como la máxima solución doctrinaria, pues propugna el nivel máximo de libertad. Sabemos bien que en las Doctrinas Liberales, la libertad por la libertad misma no suele ser pródiga en objetivos, mucho menos en resultados, y suele confluenciarse como excusa para la estratificación social. El software libre planteado en sus 4 libertades tiene el inconveniente de crear una clase privilegiada por sobre el resto de los hombres: el programador. El programador cuenta con la capacidad de modificar el programa y alterarlo, siendo sólo el depositario de la libertad total y soslayando al resto de la Comunidad bajo su pretendido manto protector. Demás está decir que de esas avivadas conocemos bastantes en el Justicialismo.
Mas bien dentro de nuestro Movimiento preferimos a la Libertad encuadrada en la Justicia y la Soberanía. En la política como en la vida es poco lo que podemos hacer solos. El tejido social es el ámbito natural del ser humano, y es en el donde ha de mancomunar sus energías para provocar los cambios positivos que todos anhelamos.
Esto también tiene su representación en el software. Un software 100% libre pero que no busque la felicidad de todos, responde mas bien a un libertinaje, y como tal será, indefectiblemente, evitado por la Masa.
Uno de los principales problemas que el Justicialismo ha encontrado en el software 100% libre radica en que no es 100% libre de problemas. La inexistencia de cierto software específico muy difundido, o la ausencia de controladores 100% efectivos y su consecuente reemplazo por sucedáneos mal escritos, la inexistencia de aplicaciones de recreación lúdica de calidad, nos recuerden que la Realidad Efectiva ha sido siempre mas importante que la Libertad teórica, y ello es lo que no han sabido comprender nuestros enemigos de siempre. Quien así no lo entienda estará sólo destinado al olvido.
Por ello cada Justicialista simplemente ha de hacer consigo lo que desee para lograr su propia felicidad y la de la Comunidad que lo cobija. Una licencia restrictiva no puede ser, bajo ninguna circunstancia, cadena y candado de un alma que propugna la Justicia Social. Tengan siempre presente que en los ámbitos del software esclavo, piratear es Libertar.
Recuerden trabajadores: el objetivo del software no ha de ser la libertad por la libertad misma, sino proporcionar la felicidad que todo pueblo merece por justo derecho.
¡General!
ResponderEliminarLuego de leer su exposición, filosóficamente bien fundada como ya es costumbre en Usted, estoy casi convencido de adoptar la Tercera Posición en mi práctica cotidiana de trabajador de la Patria.
Sin embargo tengo dudas, y ellas me surgen de saber que una de las dos más grandes cabezas que hoy tiene el imperialismo capitalista del software fue -y es- un beneficiario directo de las prácticas piratas. Por ello propongo una reglamentación de la Tercera Posición, y no piratear programas que en el mundo del software libre tengan una opción clara que no revele grandes desventajas en relación a su par privativo. Por ejemplo: Microsoft Office logra su actual popularidad gracias principalmente a la piratería, y LibreOffice da respuestas más que satisfactorias a la inmensa mayoría de los usuarios. Entiendo que las aplicaciones CAD no tienen el mismo desarrollo en plataformas Mac y Linux como sí lo tienen en Windows; entonces ahí la Tercera Posición llega para otorgar a arquitectos, diseñadores, geólogos, etc. la felicidad que merecen como trabajadores del Pueblo Argentino.
Un gran saludo,
Nota contra Nota
Hola General, aún esperamos su nota.
ResponderEliminarhttp://hamartia.com.ar/2011/03/16/software-libre-nacional-y-popular/
Ahí le dejamos el link. Falta la parte donde escribe usted, nosotros hicimos una pequeña introducción para difundirlo
Redacción de hamartia.
Estimados amigos de Revista Hamartia:
ResponderEliminarPor favor pueden usar el artículo que fue creado para uds. No pude enviarlo pues perdí el link pero se los cedo sin problema alguno. Cualquier problemita me lo acercan y veo de resolverlo.
Atte.
Juan Perón
Simplemente genial
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